Muerte de Huayna Cápac (Un manuscrito del siglo XVI)
Un
manuscrito del siglo XVI, encontrado en la región amazónica, desafía la
narrativa convencional sobre la muerte del inca Huayna Cápac. En lugar de
atribuir su fallecimiento a una enfermedad, este antiguo documento sugiere que fue
envenenado por un curaca chachapoya
Mientras
el inca Huayna Cápac luchaba contra la enfermedad en Quito, Ecuador, los
españoles desembarcaban en las costas peruanas. Su fallecimiento ocurrió en un
momento crucial, justo cuando el encuentro con estos forasteros apenas
comenzaba. La versión tradicional sostiene que murió a causa de una enfermedad
que le provocaba fiebres altas y alucinaciones, se habla de viruela, sarampión
u otros males similares como las causas probables. Sin embargo, nuevas
evidencias sugieren lo contrario.
.
Según estos textos, Huayna Cápac, líder del imperio más poderoso de la América
precolombina, habría sido víctima de la ingestión de hierbas venenosas enviadas
por el curaca chachapoya Chuquimis.
Los «Manuscritos de Chuquibamba», redactados entre 1572 y 1574, representan un
valioso registro de una disputa jurídica por la sucesión en el curacazgo de
Cochabamba y Leymebamba. Estos documentos, originarios del registro municipal
de Chuquibamba en la región amazónica, finalmente encontraron su camino hacia
la Biblioteca Nacional del Perú en la década de 1960, luego de un largo viaje a
través de diversas circunstancias.
Aunque
la teoría del envenenamiento del inca Huayna Cápac, como se presenta en estos
manuscritos, ha sido mencionada con frecuencia, especialmente en la literatura
dedicada a los antiguos Chachapoyas, hasta la fecha no ha sido sometida a una
revisión crítica definitiva que la confirme o la refute.
En
el contexto histórico, Huayna Cápac se encontraba en el apogeo de su poder cuando
los Chachapoyas, conocidos por su belicosidad, desataron una rebelión de tal
magnitud que el Inca se vio obligado a intervenir personalmente para
restablecer la paz en la región. Durante esta campaña, Huayna Cápac designó a
Chuquimis como nuevo curaca local tras un cambio en el liderazgo. Mientras
estaba en esta región, el Inca enfermó de una dolencia en el pie, siendo
tratado por los habitantes locales, lo que podría explicar por qué, años
después, cuando cayó enfermo nuevamente, recurrió a ellos en busca de plantas
medicinales en un intento por sanar.
Sin
embargo, las hierbas o sustancias enviadas por Chuquimis, posiblemente
preparadas por su chamán, no tuvieron el efecto esperado. De hecho, poco
después de ingerirlas, tanto Huayna Cápac como su hijo, Ninan Cuyuchi,
fallecieron. Este trágico desenlace provocó que algunos allegados al Inca
sospecharan que habían sido envenenados con las hierbas provenientes del
territorio chachapoya. En respuesta, un capitán del Inca, Colla Topa, fue
enviado al lugar para impartir justicia sobre Chuquimis.
Sin
embargo, al llegar, descubrieron que el acusado ya había fallecido. La
retribución por este crimen fue severa y refleja la dureza de la época. Según
los 'Manuscritos de Chuquibamba', «Colla Topa, al encontrar a Chuquimis ya
muerto, ordenó que sus huesos fueran retirados de su sepultura en unas rocas,
un lugar ancestralmente usado para enterramientos, para deshonrarlo. Además,
confiscó sus propiedades y arrestó a dos de sus hijos, Jos Chuquimis y
Chuquihuaman».
La
destrucción de la momia o los huesos de un difunto representaba el castigo más
extremo en la sociedad inca, ya que se creía que esto terminaba con su
existencia en el más allá. Por lo tanto, condenaron a Chuquimis al olvido
absoluto. Su hijo mayor fue ejecutado, mientras que, al otro, Chuquihuaman, lo
trasladaron al Cusco y lo confinaron en el Sancayhuasi, una especie de prisión
donde abundaban serpientes, alimañas e incluso ocasionalmente pumas.
Sorprendentemente, el joven sobrevivió una noche y fue absuelto de toda culpa.
En
aquellos tiempos, cuando se acusaba a alguien de envenenar a otro, toda su
familia era ejecutada, ya que se creía que todos poseían el conocimiento para
perpetrar tal acto. «Por eso los hijos de Chuquimis habrían sido
castigados».
Waldemar
Espinoza Soriano, el historiador que descubrió los manuscritos, afirma que el
envenenamiento es la causa más probable de la muerte de Huayna Cápac. Según los
propios Chachapoyas, registraron este hecho en los documentos encontrados.
«Es muy probable que no haya fallecido a causa de fiebres o viruela, como
se creía en siglos pasados, sino que, como indican estos documentos, los
curacas chachapoyas no aceptaban la dominación del imperio y buscaban
liberarse. Por eso lo envenenaron», relata.
La
viruela deja marcas en la piel que son visibles incluso en las momias, como se
puede observar en el caso de Ramsés V. Sin embargo, según las crónicas, la
momia de Huayna Cápac no presentaba tales marcas.
En
la investigación de Ziemendorff se mencionan las posibles sustancias derivadas
de plantas que podrían haber causado la muerte de Huayna Cápac: relatos
recogidos en Chuquibamba y Leymebamba, de una tradición oral antigua, sugieren
que el Inca pudo haber sido envenenado con una mezcla de campanilla roja,
barbasco y ayahuasca.
«La
Brugmansia sanguínea, también conocida como campanilla, floripondio o
trompetero rojo, pertenece a la familia de las Solanáceas y está estrechamente
relacionada con el género Datura, común en la región Chachapoyas. Ambas plantas
comparten la misma composición de venenos en todas sus partes. Se trata de un
compuesto de alcaloides tropánicos, principalmente escopolamina y hiosciamina.
Estos últimos pueden ser mortales, causando parálisis respiratoria en la
persona intoxicada», concluye en su investigación.
Los
efectos de la planta, como la hipertermia (fiebres altas) y las alucinaciones,
bien podrían haber sido los síntomas que experimentó el Inca cuando comenzó a
deteriorarse.
¿Por
qué habrían asesinado al Inca? Los Chachapoyas tenían varias razones para no
aceptar la dominación Inca. Muchas comunidades chachapoyas fueron trasladadas a
otras regiones del Tahuantinsuyo para evitar posibles rebeliones, y un gran
número de ellos sirvió en el ejército imperial debido a su habilidad guerrera,
lo que ocasionaba una disminución en su población. Además, las mujeres de la
zona, conocidas por su belleza, eran llevadas a los templos del culto al Sol o
convertidas en concubinas.
El
arqueólogo Federico Kauffmann, experto en la cultura Chachapoyas, elogia el trabajo
documentado realizado por Ziemendorff, lo que fortalece la hipótesis del
asesinato por envenenamiento.
Si
esta versión es cierta, los Chachapoyas tuvieron un papel significativo en la
situación que encontraron los españoles a su llegada: un imperio sumido en el
caos debido a la disputa entre Huáscar y Atahualpa por el trono. «Si este Huayna Cápac estuviera vivo cuando los españoles llegaron a estas tierras, sería
imposible ganarles», menciona Pedro Pizarro en una crónica. Otro cronista
añade: «Si no fuera por la discordia entre la gente de Quito y los nativos
y señores del Cusco y sus alrededores, los españoles no habrían podido tomar el
Cusco».
«Esto
resalta la importancia de un evento como este», comenta Ziemendorff. La
hipótesis final sugiere que la certeza absoluta solo se alcanzaría si se
encontrara la momia del Inca, la cual desapareció hace siglos cuando fue
trasladada de Cusco a Lima.
Fin
Compilado
y hecho por Lorenzo Basurto Rodríguez
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